Desde hace algún tiempo, en Iruñea se puede constatar el aumento de personas sin hogar que pasan las noches en la calle. Sintiendo su situación, no voy a entrar en materia de análisis sociológicos dado que no es este el fin de este escrito.

El asunto que quiero denunciar es el uso que algunas de esas personas hacen del hall de entrada a la estación superior del ascensor que comunica Casco Viejo y Rochapea, en la calle Descalzos. Como mucha gente sabe, el vestíbulo de espera es un espacio semicerrado y de superficie más bien pequeña.

Como vecino de esa calle y usuario del mismo, llevo meses viendo cómo muy regularmente ese espacio es utilizado como estancia por parte de grupos de gente sin hogar, tanto para dormir como para pasar buena parte del día. Estas personas, a menudo acompañadas de perros, imagino que con la documentación en regla, vacunas, etcétera, no sólo duermen, pasan las horas del día ahí, comiendo, fumando y dejando en consigna sus pertenencias los ratos que se ausentan.

Resulta muy molesto esperar el ascensor o salir del mismo, mientras los perros, algunos de los llamados potencialmente peligrosos, te miran fijamente. Resulta incómodo transitar entre mochilas, bicis y bolsas, mientras esas gentes se comportan como les viene en gana. Son dos las ocasiones en las que he encontrado meando en nuestro portal a dos tipos, uno de ellos, sin duda, salido de ahí, el otro no estoy seguro.

Como decía antes, siento su situación, pero ese espacio no es apropiado para ese uso. Entiendo también que el Ayuntamiento tiene recursos limitados para atender un asunto de imposible solución, pero debo pedir a quien corresponda, que se asegure de poner fin a estos usos, porque es posible que un día haya algún problema, algún perro que muerda, algún tipo mal encarado...