Intentemos ponernos en el lugar de un chaval que después de una semana de estudios o trabajo va a jugar, a disfrutar a un partido de fútbol, y le llaman “mono”. Hagamos un esfuerzo por ponernos en el lugar de esos padres que están en la grada viéndole. ¿Qué sentiríamos si nosotros viésemos a nuestros hijos o hijas en esa situación? ¿Qué sentirían ellos y ellas? Quizás lo mismo que sintió ese chaval para no querer seguir jugando.

El fútbol acepta actitudes que son inaceptables e inimaginables en otros deportes. No imagino una competición de atletismo, voleibol, pelota, basket, boccia , rugby, balonmano, tenis, gimnasia, artes marciales..., donde parte del público cante “hijos de puta” o “ “cagón/cabrón saluda al campeón” al deportista que no es de su equipo. Si normalizamos insultos racistas como “mono”, xenófobos como “Parrales”, o si reímos la gracia al que manda a otro “a vivir a la selva”, el fútbol ya habrá cruzado la línea roja y se convertirá en un deporte insoportable.

 La Federación Navarra de Fútbol tiene mucho trabajo que hacer. No se puede actuar como el avestruz que esconde la cabeza o, peor aún, como un rinoceronte que castiga al propio chaval y a sus compañeros que en solidaridad deciden no salir al campo. No estaría de más que la Federación aplicase su protocolo contra el racismo y la xenofobia no solo en menores y adolescentes, sino también en el fútbol regional, y escuchara a la persona afectada. O le preguntara qué ha sucedido y cómo se siente. Algo que la Federación, incomprensiblemente, en ningún momento ha hecho en el caso de este chaval. Está muy bien que la navarra se sume a las campañas de la Federación Española de Fútbol, como Racistas fuera del fútbol, pero estaría incluso mejor trabajar en un plan global, serio, de educación, de convivencia y de lucha para que practicar deporte sea un derecho de todas y todos, independientemente del color de piel, del sexo, religión, cultura o diferente capacidad de los y las deportistas. Algo por lo que tantas personas luchan, de forma altruista, dedicando su tiempo y esfuerzo a esta sociedad para que sea mejor y más justa.