Se pone de manifiesto la inmovilidad frente al progreso. Lo reveló Woodrow Wilson: “El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”.

Mientras CEOE y CEPYME, de mentalidad arcaica, se oponen a rebajar la semana laboral de 40 a 37,5 horas -el PP no sabe/no contesta-, en Suecia, Reino Unido o Bélgica, países que han testado con agrado empresarial la semana de 4 días, han constatado que incrementar el asueto y promover la reconciliación familiar, rebaja el estrés y obtiene una mejor salud, menor absentismo y un incremento de la productividad.

Hace varios meses que en España varias compañías ensayan la semana laboral de 4 días con resultados notablemente positivos.

Ahora que nuestra economía está más fuerte, es el momento de progresar. Y como tantas otras medidas que este Gobierno ha llevado a cabo, no traerá el apocalipsis como vaticina siempre la derecha agorera, más bien todo lo contrario.

La patronal debería entrar en el siglo XXI.