La lengua vasca no debe estar supeditada a un proyecto político concreto. El euskera es un valor en sí y debe ser considerado en estos términos. De lo contrario, un sector amplio de la sociedad navarra se sentirá ajeno a los esfuerzos para su normalización.

En los últimos tiempos el euskera ha sido un arma arrojadiza entre los diversos partidos, lo que en nada le beneficia. Un idioma no tiene ideología y la sociedad en su conjunto, desde los votantes de UPN hasta los de EH Bildu, debería defenderlo.

Como bien dice Xabier Zabaltza en la entrevista concedida a DIARIO DE NOTICIAS del 11 de agosto, la Administración debe dar facilidades a todas las personas que quieran aprenderlo y garantizar la posibilidad de estudiar en euskera (modelo D) en toda Navarra, incluso en la zona no vascófona cuando exista la demanda. Es más, si algún día existe consenso para ello, el euskera como asignatura (modelo A) debería formar parte de los planes de estudios de todos los centros públicos, como en la actualidad lo es el inglés sin que nadie se llame a escándalo. Máxime cuando no se trata de un idioma extranjero, sino propio de nuestra comunidad.

En los últimos quince o veinte años el euskera ha avanzado en su presencia en el sistema educativo y en su valoración social. Por desgracia, su uso va muy detrás de su conocimiento. Falta mucho por hacer, pero hay que reconocer la labor realizada tanto por iniciativas privadas como públicas (Administración, escuelas, ikastolas, Euskalerria Irratia, Eusko Ikaskuntza, etcétera).

Como también nos dice Xabier Zabaltza, la mejor contribución que podemos hacer al euskera es que aquellas personas que lo hablamos lo utilicemos siempre que podamos.