Aprovechando el parón en la Primera División debido al calendario FIFA (selecciones) me permito este breve análisis, reseñando una serie de circunstancias que me llevan a calificar, por lo menos este comienzo de competición de la Liga de Fútbol, como atípico.
En primer lugar, el intenso calendario, con plantillas provisionales, pues el cierre del mercado se ha producido tras cuatro jornadas del comienzo de la competición, con casos en que un jugador en menos de una semana ha competido oficialmente por dos equipos diferentes.
La contratación de una mayoría de los entrenadores, hoy titulares, de perfiles medios-bajos, no grandes estrellas ni mediáticos en su época de jugadores (como el actual seleccionador nacional). Algunos debutantes en Primera, y casi todos expectantes con sus alineaciones por no saber si contaban o no con ciertos jugadores, hasta llegar a dejarlos en la grada en previsión de su futuro.
Esto demuestra la preponderancia actual de los directores deportivos, en el clásico fútbol británico eran los manager, junto al protagonismo de los agentes, partes interesadas en ese “mercado” de cambios, permutas y fichajes diferidos.
Una paradoja, respecto a dos de los entrenadores (no nacionales) de élite, donde hasta la fecha a uno le crean problemas las rutilantes figuras de su plantilla y al otro “los chavales “ de la cantera lo han colocado en cabeza de la Liga.
El fuera de juego semiautomático parece estar funcionando, pero todavía en el tema de las manos en los penaltis las interpretaciones de VAR y árbitro de campo tienen sus diferencias. Destacar las prolongaciones, a veces excesivas, intentando paliar la pérdida deliberada de tiempo.
*El autor es entrenador Nacional- Exprof. Licencia UEFA