Este fin de semana se celebraban las fiestas patronales del pueblo donde nací y viví hasta los 17 años, lugar al que llamo casa. Una parte esencial del evento son los cuatro gigantes que representan a personajes históricos de la región, dos blancos y dos negros. Se les pregunta a los niños: “¿Cuál es tu gigante favorito?”, y una respuesta común es: “La reina mora”. Sin embargo, tras estas interacciones se oyen gritos de “Viva España”, acompañados de comentarios despectivos sobre la creciente presencia de personas de origen árabe en la localidad.
Llama la atención que quienes más exaltan el patriotismo, más critican a estas comunidades, contribuyendo a la segregación. ¿Cómo pueden sentirse bienvenidas e integradas estas personas migrantes o sus descendientes si quienes se autoproclaman representantes las aíslan de los espacios públicos? El país que yo deseo ver “vivo” no se fija en las diferencias y baila unido al ritmo de Fiesta Alegre, en el Gigantón cada tarde al atardecer.