A finales del curso pasado el Departamento de Educación anunció la creación de un proyecto piloto para poner en marcha aulas de dos años en centros de Infantil y Primaria; toda una novedad que nos planteó un mar de dudas que a día de hoy siguen creando problemas sin aparente respuesta.

Ya por aquel entonces señalamos que los centros de Infantil y Primaria no estaban adaptados para acoger a las niñas y niños de esa edad, ya que sus instalaciones, horarios y organización no garantizan que se respete el ritmo, la singularidad y el momento del desarrollo del alumnado (patios, comedores, baños demasiado grandes, horarios rígidos e inflexibles) y el tiempo nos ha dado la razón. Hoy es el día en el que organizar un centro educativo con aulas de dos años es misión imposible.

Lo primero, antes incluso de recibir al alumnado, es la adaptación del aula a las necesidades que demanda el ciclo 0-3 años. La obra corrió a cargo del Gobierno de Navarra, sin embargo, los centros dependen de las entidades locales como el Ayuntamiento de Pamplona. Ahí tenemos la primera de las complicaciones: ¿quién se encarga de su mantenimiento? ¿Quién arregla un foco fundido? ¿Quién limpia ese espacio? ¿Debería hacerlo el Ayuntamiento como responsable del centro o el Gobierno de Navarra como responsable del aula? Los unos por los otros, y nunca mejor dicho, el aula sin barrer.

Una vez adaptado el aula, por fin encontramos un sitio donde los y las alumnas pueden estar. Pero ¿y el resto del centro? ¿Pueden usar el aula de psicomotricidad? pueden desdoblarse en otro aula para realizar cualquier actividad? ¿O deben quedarse completamente aislados de su entorno durante las 7 horas de permanencia en el centro en el único aula que se ajusta a la normativa?

Junto con la problemática de la infraestructura, nos encontramos con otra cuestión que es prima hermana de la primera: la financiación. Al introducir un aula que pertenece a otro ciclo educativo, las necesidades crecen y cambian: materiales didácticos para el aula, cuestiones de higiene, toallitas, guantes… Sin embargo, la dotación del centro es la misma que antes. Como si este aula no existiera. Lo mismo sucede con las horas de orientación, un aula más y con necesidades específicas, pero la misma dotación horaria para la atención orientativa.

Por último, y como ya adelantamos en mayo del curso pasado, nos encontramos con la dificultad de organizar las cuestiones laborales. Las diferencias en el calendario anual y en el horario diario crean diferencias sustanciales entre ciclos que impiden una correcta distribución y organización de los recursos para los centros. Además, a las educadoras se les ha multiplicado la tarea burocrática ya que sin ser personal docente, deben generar la misma documentación que el profesorado de Infantil y Primaria. Igualmente la sustitución de las profesionales a cargo del aula de 2 años genera incertidumbre. El profesorado de otros ciclos educativos no tiene por qué hacerse cargo del aula de dos años. El Gobierno de Navarra debe tramitar con eficacia la sustitución a través de la lista de contratación de educadoras infantiles.

Por todo esto, queremos trasladar que en Comisiones Obreras vivimos este proyecto piloto con preocupación y enfado. El Gobierno de Navarra y en particular el Departamento de Educación deben hacerse cargo del despropósito que supone iniciar una aventura sin planificación, sin financiación y sin coordinación. Porque lo que está en juego es la calidad del servicio público, el correcto desarrollo de los y las alumnas y el bienestar de las profesionales que dan la cara día a día.

*Los autores son miembros de CCOO Navarra