Es un placer ver cómo ahora se juega a remonte en todos los frontones en los cuales se puede utilizar nuestra modalidad de la pelota, y digo nuestra porque nació aquí, en el frontón Euskal Jai de la calle San Agustín. Fue un frontón magnífico para el remonte, tenía un frontis donde sonaba la pelota mejor que en ningún sitio. 

El Euskal se cerró, se abandonó, se ocupó y nadie tuvo la valentía de restaurarlo, se podía haber hecho un frontón de 36 metros y otro más pequeño para los chavales. Las pelotas de goma ganaron a las de remonte y el frontis del Euskal Jai, cuna y alma del remonte, fue a la chatarra.

Menos mal que con el entusiasmo de personas que conocen bien esta forma de jugar a pelota, han hecho posible que el remonte se pueda ver y practicar en la mayoría de los frontones de los pueblos de nuestra Navarra; y así, todos podemos disfrutar de una espectacular modalidad de la pelota vasca.