Vivimos en una era donde la rapidez en la circulación de información parece más importante que la profundidad con la que tratamos los temas. Un claro ejemplo de ello lo hemos visto con el caso de la DANA que afectó a la Comunitat Valenciana, dejando graves consecuencias y desastres en muchas localidades. Durante varios días, los medios de comunicación estuvieron centrados en los daños y la respuesta de las autoridades. Sin embargo, después de varios días, el foco mediático se desplazó hacia otros asuntos, especialmente hacia las elecciones en Estados Unidos.
Es importante reflexionar sobre la responsabilidad de los medios al elegir qué historias merecen atención sostenida, especialmente aquellas que afectan a la vida diaria de los ciudadanos. No podemos permitir que la velocidad informativa nos haga olvidar rápidamente los problemas que, aunque no sean tan mediáticos, tienen un impacto real y duradero en nuestra sociedad.