Carbón desde Erripagaña
Otro año más, y son ya 14, al vecindario de Erripagañale toca regalar carbón a los partidos e instituciones públicas. Se lo han ganado a pulso.
Respecto a la unificación, tres ayuntamientos se comprometieron a elaborar un informe económico para calcular el impacto de la misma. Iba a estar para primavera, pero hasta otoño no lo hicieron Pamplona y Egüés, y Burlada aún no lo ha hecho. No somos prioritarios.
Comptos pudo concretar las cifras de los ingresos extraordinarios que han obtenido los cuatro ayuntamientos. Sin embargo, Egüés y Huarte, quienes deberán ceder su parte, exigen compensaciones para ello. Es decir, más dinero por un territorio creado para obtener dinero.
Por su parte, el Gobierno de Navarra sigue sin asumir su responsabilidad sobre Erripagaña, a pesar de que fue el organismo que aprobó el PSIS de 2004, origen de todos nuestros problemas. Dejación de funciones.
Respecto a la dotación, Burlada aprobó para 2024 la mejora de las pistas de baloncesto y un proyecto-memoria de una instalación deportiva. A final de año, ni una ni otra. Papel mojado. Un papel es lo que ha licitado Pamplona: el diseño del civivox, que no será luego construido.
Egüés, al menos, está finalizando una pista multideportiva, pero no ha ejecutado la otra partida para el control de la escorrentía en la parcela dotacional. Huarte, como siempre, cero patatero para Erripagaña.
El Gobierno de Navarra al fin está construyendo la escuela infantil, y promete abrirla en agosto. Esperemos que no haya más retrasos. Lo que sigue retrasadísimo es el centro de salud, que debía estar ya en funcionamiento. Se anuncia para 2028. Tememos un nuevo retraso.
De cara a 2025, propusimos inversiones para el barrio a los partidos que pactan los presupuestos en las cinco instituciones. La callada por respuesta. Silencio administrativo. Negativo, claro. Cero euros. Cero cortesía.
Se anuncia un proceso participativo desde enero que culmine en una votación en abril. Hay tres meses para que los partidos decidan si respetarán los resultados y para que las instituciones diseñen una hoja de ruta para el barrio. ¿Serán capaces?
*El autor es secretario de la AAVV de Erripagaña