¡Gracias, profesores!
Estos días, recordando mis años en primaria, me he acordado de los grandes profesores que he tenido.
En estas líneas quiero agradecer a estos maestros que no se limitan a transmitir conocimientos, sino que con su cercanía, ejemplo y consejo nos ayudan a ir creciendo y formarnos como persona.
Agradezco profundamente el tiempo que nos dedican, las horas que invierten más allá de su jornada laboral y su disposición para escucharnos. También a los que tuvieron la paciencia para ayudarme cuando no entendía y los que me ayudaron a sacar lo mejor de mí. Cada uno de ellos fue un ejemplo a admirar y todos ellos me han aportado algo: conocimientos, valores o enseñanzas de la vida.
Como es de bien nacido, ser agradecido, y nunca es tarde si la dicha es buena: ¡gracias profesores!