A Mary Ganuza

Hay días del calendario que marcamos con un triste y doloroso color negro. Hoy es uno de esos luctuosos días, el mundo de las Comparsas de Gigantes y Cabezudos llora amargamente la pérdida de uno de sus padres, de don Jesús Mary Ganuza.

Querido y admirado Mary, durante muchos años has sido el corazón y el alma de Josephamunda, la reina europea de Pamplona, asombrando a cientos de adultos con tus dotes artísticas y a los peques con tu derroche de alegría cada mañana de Sanfermines para ellos. No te anquilosaste en esto, sino que, con tu arte inigualable y el cariño que ponías en tus creaciones, has dotado a Navarra de preciosas y representativas figuras de cada localidad, fomentando así el cariño y respeto de todos por sus históricos antepasados.

Tengo el gran honor de considerarme entre tus amigos y componente de una comparsa. He pertenecido durante más de treinta años, treinta y cuatro, si no me equivoco, primero como cabezudo, luego gigantero y, finalmente gigantero y coordinador de la Comparsa de Puente la Reina-Gares, pueblo que se vio muy honrado de recibirte como vecino de hecho. Como en otras muchas localidades, Puente se enorgullece de poseer dos gigantes paridos por tus manos. 

Tus compañeros de la Comparsa de Gigantes de Pamplona, todos los gaiteros y txistularis de Navarra y parte del extranjero, todos los niños del mundo, todos los padres y madres del universo, que, gracias a las redes sociales conocen el maravilloso mundo de los gigantes y cabezudos, saben de tu arte en particular, agradecen, agradecemos, el buen y bonito hacer de la Comparsa de la que tan bien supiste ser afamado y reconocido componente. Trabajo que incluso se vio recompensado con el enorme honor de ser el representante de todos los componentes de la Comparsa de Pamplona para efectuar el deseado, ansiado y envidiado por todos los navarros del lanzamiento del Txupinazo al grito de “¡viva San Fermín, gora San Fermín!”. Todos ellos, todos nosotros, nos alegramos por aquellos que, vayas a donde vayas, van a poder disfrutar de ese maravilloso, cadencioso y rítmico baile con el que dabas vida a Josephamunda.

Mary, siempre estarás en nuestro corazón, nunca dejaremos de recordarte y de quererte. Agur, lagun, agur alderdiaren bizitza!, Ezkerrik asko! Giganteros de Pamplona, giganteros de Navarra, giganteros del mundo, alzo mi copa por el eterno recuerdo y la permanente memoria de Mary en nuestros corazones. ¡Viva Mary Ganuza!