Hace cinco años, en los momentos más duros de la pandemia, las personas conductoras de autobús fuimos consideradas personal esencial. Mientras el mundo se detenía, nosotras y nosotros seguimos al volante, garantizando que el personal sanitario, las y los trabajadores y la ciudadanía pudieran desplazarse con seguridad. Lo hicimos en unas condiciones tercermundistas, sin las protecciones adecuadas, poniendo en riesgo nuestra salud y la de quienes nos rodeaban. Recibimos aplausos y reconocimientos, nos llamaban imprescindibles. Sin embargo, hoy, esas mismas instituciones que nos consideraban esenciales nos han dado la espalda.
Las trabajadoras y los trabajadores de Moventis TCC, empresa adjudicataria del transporte urbano comarcal de Pamplona, nos encaminamos hacia el segundo mes de paros y no hay atisbo de ver solución al conflicto. Ni la empresa, ni la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, responsable del servicio, ni el Gobierno de Navarra han mostrado la más mínima voluntad de solucionar este conflicto. Nuestra lucha no es caprichosa: reclamamos condiciones laborales justas, el respeto a nuestros derechos y una mejora en la calidad del servicio que prestamos a la ciudadanía.
Cerramos el año 2024 con un récord histórico de viajeros. Ahora más que nunca, las villavesas son imprescindibles, las villavesas mueven nuestro día a día. Sin embargo, quienes gestionan el transporte público ignoran la realidad de sus trabajadoras y trabajadores. Nos encontramos con autobuses en mal estado, con condiciones laborales que se deterioran y con una dirección que no está dispuesta a negociar si no levantamos la huelga, siendo éste el último recurso que nos ha quedado para conseguir un convenio digno. Mientras tanto, las usuarias y los usuarios del transporte también pagan las consecuencias de esta indiferencia institucional.
No queremos seguir siendo invisibles. No podemos permitir que la precarización avance mientras quienes tienen la responsabilidad de garantizar un servicio digno miran hacia otro lado. Exigimos respuestas, exigimos diálogo y, sobre todo, exigimos respeto. Porque si hace cinco años éramos esenciales, hoy no podemos ser desechables. Y una vez iniciado este camino, no lo vamos a abandonar hasta conseguir nuestros objetivos.
*Gustavo González, Laura Molina e Iñaki Díez / Delegados sindicales de LAB en Moventis TCC