'Ad calendas graecas’
La locución latina del epígrafe es utilizada de forma irónica, incluso mordaz y cáustica, para determinar el plazo para algo que jamás se cumplirá, que no ha lugar y tiene su origen en que los griegos no contaban el tiempo en calendas. El Consejo de Asuntos Generales de la UE ha dado largas por séptima vez a la oficialidad del catalán, gallego y euskeraen las instituciones europeas. A decir verdad, la UE está inmersa en una miríada de asuntos y preocupaciones de hondo calado, esenciales para el normal funcionamiento e incluso la supervivencia de la institución. La mayoría de las naciones europeas ven en dicha reclamación a tres aldeas de Astérix –dicho sin ánimo peyorativo– que ansían un protagonismo lingüístico del que ahora carecen; caso de lograrlo, despertarían a otras comunidades que cuentan con un idioma vernáculo y que se considerarían discriminadas respecto al trío favorecido. El coste anual de la implantación de dicho servicio tampoco es baladí, lo paga el contribuyente, como todo, quien se pregunta perplejo si acaso no hay problemas más acuciantes que resolver que la mera reivindicación de tres comunidades que además cuentan con un idioma común. ¿Estamos generando un problema artificial? ¿Peaje político a pagar?