La lógica política es muy caprichosa, audaz y en cierta manera, embustera. La estadística sirve para vender un objetivo logrado… o todo lo contrario, según el guion que convenga en cada momento.

Muchas carreteras de España están de pena por falta de mantenimiento, sin embargo, se está vendiendo el relato de que este verano se ha reducido el número de accidentes. ¿Mayor pericia de los conductores ante los baches? ¿Miedo al bosque de radares instalados?... ¿O es que los españoles estamos tan “tiesos” que ya no tenemos dinero ni para gasolina ni para irnos de vacaciones?

Otro ejemplo; el año que viene nos venderán que, gracias a las políticas preventivas climatológicas, ¡se habrán reducido porcentualmente el número de incendios en las zonas afectadas este año! ¿Alguien ha valorado que, donde ya está todo quemado, ya no queda nada más que arder?

Conclusión; un científico loco quiso hacer un experimento sobre la obediencia de las arañas al estímulo de la voz humana. Cuando le pedía que viniera hacia él, la araña acudía sin ningún reparo. Prosiguió el experimento favorablemente arrancando una a una todas las patas de la araña, e incluso cuando sólo la dejó con una sus patas, la araña acudía a su llamada arrastrándose obedientemente, a pesar de faltarle 7 patas. Cuando le quitó la última pata, la llamó, pero la araña ya no se movía. Comenzó a gritarle insistentemente para que acudiera hacia él, pero la araña ni se inmutaba. Al final, escribió en su diario la científica conclusión de que “a las arañas, si les quitas todas sus patas, se vuelven sordas”.

En política, nada es verdad y nada es mentira. Las conclusiones se sacan conforme a la lógica de la araña, que dejó de andar por falta de oído.