Cómo es posible que ante un espectáculo cultural e histórico que atrae a tantos ciudadanos no se haya preparado ninguna organización para la entrada al mismo.

Una hora y media esperando, formando colas sin orden ni control, discutiendo entre nosotros para que se respetase el orden de llegada, y cuando por fin se abre la puerta... a correr como en la playa con la sombrilla.

Bochornoso.

Por lo demás, rigor histórico, ambientación, vestuario, interpretación... Enhorabuena a los participantes.