Contracorriente

En contra de los informes emitidos por la ONU acerca de lo que está sucediendo en Palestina, algunos relevantes políticos, de cuyos partidos no quiero acordarme, sostienen que en Oriente Medio no se está dando ningún tipo de genocidio contra el pueblo palestino por parte de Israel.

Tanto el organismo internacional citado como las organizaciones no gubernamentales que operan en la zona, llevan unos meses lanzando avisos de alarma por la masacre originada por las armas, el hambre y las infecciones, presentando incuestionables evidencias de tan gran despropósito.

A pesar de la información verificada que llega y de la fiabilidad de las fuentes de las que emana, gente que ocupa en nuestro país importantes cargos públicos mantiene sin complejos una postura negacionista del drama al que miles de seres humanos se están viendo condenados, permitiéndose al mismo tiempo la licencia de tachar de gentuza y terroristas a quienes salen a la calle a denunciar las sistemáticas violaciones de los derechos humanos.

Este posicionamiento contracorriente no es de extrañar en quienes acostumbran a anteponer el rédito electoral al dolor y a la miseria que la violencia genera. Es su modus operandi, ¿por qué cambiar a estas alturas si no hay inconveniente en mostrar su rastrera catadura moral?