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Santos inexistentes

Santos inexistentesIban Aguinaga

Como San Fermín. Según Goñi Gaztambide y Jimeno Jurío. Por mucho que se le proclame, el grueso de iruindarras vive al margen de la fe. Los creyentes son minoría. Les cuesta aceptarlo. A mayor déficit de fe, máximo despliegue de ostentación religiosa e integrismo discursivo. Restauración de antiguallas y proliferación de iconos idolátricos. Agitación del populacho. 

Cristo fue asesinado por enfrentarse a la tradición religiosa y a los dirigentes de la religión oficial, elitista e impositiva. Instauró un culto interior sin sacerdotes, sacrificios ni ofrendas. Sin religión. Para vivir los Sanfermines y cualquier fiesta no se necesitan santos inexistentes ni profesar fe alguna. La alegría es un surtidor interior, el gozo nos habita. El júbilo es patrimonio de la humanidad, no de una élite religiosa que se arroga exclusividad. 

Santos inexistentes, tradición leyendas, devoción, pretendidas raíces culturales tienen su asiento en una sociedad patriarcal y machista. Es la mirada masculina quien las ha creado. Es preciso una desconstrucción del imaginario simbólico machista en cuanto a su parcialidad, sectarismo y sustentador de un sistema económico injusto: el capitalismo. Otros Sanfermines. Austeridad, ecología -bochornoso el espectáculo de los plásticos- ausencia del botellón, integración de colectivos marginados -encomiable el espacio del Condestable-- y no utilización de la fe para fines capitalistas espurios.

¿Animales para la fiesta? Prevalencia de la testosterona sobre el cuidado. A mayor gloria de rutilantes machos. “Hermano lobo” clamaba Francisco de Asís. No a la “coda” de las mujeres. El dinero, los animales o las mujeres no son la fiesta. Ni santos inexistentes y contubernio nacional-católico. Ni la orgía institucionalizada. Puro capitalismo. ¿Y el euskera? La religión oficial no lo considera. Palmaria su inexistencia en los actos religiosos. ¿Qué evangelio es ese? Sojuzgamiento de la identidad euskaldun. Don Florencio: cuídese del oficialismo religioso. Usted es un hombre de los y las pobres.