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La madera

La maderaCedida

Ezpela, madera de boj. La música y el verso. Y no es pura poesía o verso; es natura pura. Esa cosa tan simple que nace y crece junto a nosotros, que hace crear el tiempo. Es el resumen de la vida en forma de anillo. Versalles estaba lleno de bojes y cuando lo convirtieron en palacio, los aprovecharon en los jardines para setos y laberintos. Conseguir el tipo de sonido depende de la madera, de la calidad de la madera. Como los asados de carne o pescado. No es lo mismo asar unas costillas de cordero con sarmientos que con otra madera; que también puede ser olivo, roble y haya; nunca de pino. La madera nos regala el reposo, la música, el día abierto y, como se dice cuando sale buen día, un día de pecado. Una hermosa mujer con los vestidos de colores paseando por los jardines al aire o un tronco en el agua durante siglos, como en Venecia el aliso y el roble, que hace que la ciudad flotante resista el tiempo y nos permita admirar su catedral y su música. Nobleza mantenida en agua, que sostiene artilugios e instrumentos de música y ciudades que la cultivan y aplauden. La música de La misión de Ennio Morricone está hecha con un oboe de ezpela, boj. Ezpeleta está en el País Vasco francés: pueblo lleno de bojes (ezpela, el boj). Los cortaron y crearon espacio para cultivar pimiento y ahora está lleno de pimientos, que se han hecho famosos en Francia y en el mundo entero, como los de Lodosa.