Estos meses anteriores, tanto en las noticias como en la calle, se ha hablado con bastante frecuencia sobre la salud mental de los jóvenes, pero a la vez que aparece este tema desaparece todavía más rápido. ¿Cómo una generación pide ayuda en silencio y no sabemos responder con la urgencia que se necesita?

El bullying en los colegios, la presión académica, el miedo por el futuro, la frase de “son jóvenes, no tienen ningún problema y ninguna preocupación” o “estar bien” en una sociedad donde todo parece perfecto, hace que los jóvenes vivan angustiados y se agobien. Asimismo, detrás de un adolescente triste no hay un simple dato, sino una historia que se podría haber escuchado mucho antes. ¿Cuántas de esas señales ignoramos cada día?

En los colegios se necesitan sitios seguros donde hablar de forma segura y más psicólogos. Proteger la salud mental es necesaria.

Confío en que este debate no sea solo temporal sino que se transforme en una prioridad, ya que el silencio duele cuando no escuchamos a quien lo necesita.