Un hombre intervenido de próstata tiene prescrito un tratamiento de suelo pélvico, y cuando este pide la autorización a su mutua, le dicen que el tratamiento solo está cubierto para las mujeres. Consecuentemente, debe pagárselo de su bolsillo. Este caso evidencia una absurda discriminación dentro del sistema privado de salud, ya que la rehabilitación del suelo pélvico es esencial para la recuperación y debe ser accesible a todos los pacientes, independientemente del sexo.
Las mutuas deben actuar con responsabilidad y asegurar que la salud sea igual para todos