Sin deporte base no hay futuro
Cuando un niño entrena en un campo sin luz o en una pista agrietada, también se apaga una parte del futuro del deporte español. La base deportiva es el origen de todo éxito, pero miles de clubes y escuelas sobreviven con instalaciones obsoletas y recursos mínimos. Son familias, entrenadores y voluntarios quienes, con esfuerzo y pasión, sostienen ese sueño que tantas veces las instituciones olvidan.
No podemos exigir campeones si no cuidamos la cantera. La verdadera inversión deportiva empieza en los barrios, en los pueblos y en las escuelas, donde se forjan los valores, la disciplina y el compañerismo que luego admiramos en la élite.
Dignificar el deporte base no es un lujo, es una necesidad. Hace falta financiación estable, mejores equipamientos y acceso universal para que ningún niño o niña quede fuera por falta de medios.
Invertir en la base es apostar por un país más saludable, cohesionado y con futuro. Porque sin deporte base, simplemente, no hay deporte.