Erripagaña: secuestro con rehenes

1998. En plena burbuja inmobiliaria, la codicia mira al este. Burlada ha intentado desarrollar, sin el éxito de sus vecinos Huarte y Egüés, un polígono industrial o comercial en sus tierras de Erripagaña. Pamplona se hace con Mendillorri, también con la parte no urbanizada. Un cuarto actor en la zona. Todos huelen el dinero.

Ese año Egüés y Gobierno de Navarra acuerdan una urbanización en Sarriguren, dejando fuera la parte de Erripagaña. Las normas urbanísticas comarcales otorgan un uso residencial y comercial a la zona. Ladrillo. Cemento. El pastel ya tiene levadura.

Las grandes y ricas promotoras se mueven rápido. Compran los terrenos y se dirigen a la endeudada Burlada para ofrecerles una solución: viviendas. Los responsables municipales, rehenes de su gestión económica, aceptan. Secuestro del interés público.

2004. Se aprueba el PSIS. Reparto goloso entre ayuntamientos y Gobierno. Las promotoras piden más y más, y las administraciones aceptan. Modificaciones sucesivas: 2010, 2022. El uso comercial se difumina. El número de viviendas y los beneficios se cuatriplican. Erripagaña, filón de dinero fácil.

2025. Las promotoras terminan de exprimir el suelo de Erripagaña. Miles de casas. Miles de vecinos. Las administraciones siguen engordando sus cuentas, pero no desarrollan las dotaciones. Ni siquiera un órgano de gestión conjunta. Desidia. Abandono. Secuestro de un territorio con sus habitantes dentro. Rehenes del mal hacer político.

Burlada, presa de su propia gestión, tiene secuestrada a Erripagaña. Para liberarnos, pide un rescate al Gobierno. No hay respuesta. Inacción. Las cinco administraciones están cómodas, no tienen prisa ni calendario. Todas ganan. Los 13.000 vecinos, sublevados, seguimos perdiendo. Que termine este rapto de locura. El sábado 25 de octubre, ¡todo el vecindario a la calle!

*Secretario de la AAVV de Erripagaña