En los últimos días se han celebrado manifestaciones en Pamplona en apoyo al pueblo palestino, que está viviendo una situación humanitaria muy grave. Me duele ver tanta injusticia y que gran parte del mundo permanezca indiferente. Miles de personas han perdido sus hogares, sus familias y su derecho a vivir en paz.

Sin embargo, creo que no se puede responder a la violencia con más violencia. En algunas protestas se han producido destrozos y enfrentamientos que solo desvían la atención del mensaje principal. Romper y pintar locales no ayuda; al contrario, debilita una causa que busca justicia y dignidad. Por eso, debemos canalizar nuestro apoyo de forma pacífica y constructiva, mostrando solidaridad sin recurrir al conflicto.

Defender a Palestina es defender los derechos humanos, siempre desde la no violencia.