La reciente presencia de Vito Quiles en la Universidad de Navarra ha generado alarma entre estudiantes que valoramos la pluralidad, la ética y los principios democráticos en el ámbito académico. Su discurso, cargado de posiciones extremistas y que atacan a diversos colectivos indiscriminadamente, representa un riesgo para la formación crítica de quienes estamos construyendo nuestro pensamiento.

Este tipo de intervenciones promueven la propagación de narrativas sesgadas, pasionales o históricamente falsas, que no solo distorsionan la realidad, sino que también debilitan la capacidad de los estudiantes para analizar críticamente el mundo en el que vivimos y participar de manera informada en la sociedad. En un momento en que la información se difunde a velocidad de la luz, el peligro de la desinformación es real y requiere respuesta inmediata por parte de toda la comunidad académica.

La universidad no puede ser un espacio donde se legitimen discursos que cuestionan los derechos fundamentales, promueven la exclusión de minorías o celebran sistemas opresivos del pasado. Defender esto no significa censura, sino proteger los valores que sostienen la democracia y la educación como un bien común.

El movimiento estudiantil tiene un papel central en esta tarea. Nuestra responsabilidad es vigilar, cuestionar y actuar frente a cualquier intento de normalizar ideologías que niegan derechos básicos. Solo a través de la movilización crítica y consciente podemos garantizar que la universidad siga siendo un espacio de debate reflexivo, plural y seguro para toda la comunidad académica.