Murchante, sábado 27 de diciembre sobre las 15 horas. Voy transitando en mi vehículo en dirección ascendente por la calle Mayor. Delante de mí, a unos cincuenta metros de distancia aproximadamente, un grupo de jóvenes treintañeros, se supone que personas maduras sobre las que tenía buena opinión, se apelotonan compartiendo sus bebidas a la puerta del bar La Tabermika, en una supuesta celebración de la amistad, o sea, un momento relajado y de disfrute. Lo normal en cualquier sábado, y este, en medio de plenas navidades, más aún.
Al llegar a su altura, detengo mi marcha debido a que hay un paso elevado de peatones, y a que ellos, obviándome, siguen a lo suyo ocupando todo el carril de la carretera impidiendo el paso. Después de unos diez segundos en los que espero paciente y sin siquiera tocar el claxon, a requerimiento de alguno de ellos que si están atentos, les hacen el gesto de que están cortando el tráfico y empiezan a subirse a la acera. Reanudo la marcha de nuevo y, cuando casi los he rebasado, alguien suelta un fuerte golpe sobre mi coche. Asustado, detengo el coche después de haberlos rebasado a unos cuatro metros de donde ellos se encuentran.
Aturdido, sin comprender qué es lo que ha pasado, miro por el espejo retrovisor tratando de entender y para ver si alguno de ellos se acerca para darme alguna explicación. Compruebo que siguen a su marcha y que no ha ocurrido nada, puesto que de no ser así, ya me hubiesen increpado de alguna manera. La frustración y el enojo que siento en esos momentos me incita a bajarme del coche y pedirles algún tipo de explicación. Recapacito sobre qué es lo más apropiado, y después de esperar unos segundos, reanudo mi marcha convencido de que no voy a obtener nada que me haga sentir mejor, hasta llegar a casa y comprobar que el coche no ha sido dañado.
Tengo muy pocas esperanzas de que vayas a leer este escrito, porque imagino que si te comportas de este modo, leer no formará parte de tus aficiones. Pero aun así, te pregunto, ¿qué es lo que te pasa para golpear mi coche de esa manera? Suponiendo que estás con tus amigos para disfrutar, ¿qué es lo que te perturba para no hacerlo? ¿qué clase de rabia o frustración te invaden para que te comportes de este modo? Como he dicho anteriormente, no sé quién eres, porque te amparaste en el anonimato de estar rodeado por tu cuadrilla. Ojalá algunos de los que te rodeaban recriminen tu acción. Me gustaría saber quién eres y poder preguntarte a la cara, por si me quieres contestar, ¿qué te pasa? Quizás de alguna manera te pudiese ayudar a gestionar esa rabia que te habita, la misma que ahora yo gestiono, no golpeando, sino escribiendo sobre ello.