hoy es el día del dichoso apagón analógico. Después del revuelo que ha tenido en vilo a los aproximadamente 109.000 espectadores que ETB tiene en Navarra, parece que, de momento, la sangre no llega al río y seguiremos viendo sus programas por los canales analógicos, esto es, como hasta ahora. De todas formas el asunto aún no está zanjado porque el 3 de abril tendrá lugar el apagón analógico general en todo el Estado y para entonces técnica, política y económicamente todo tendrá que estar en orden.

Con la llegada de Patxi López parece que por fin quedó satisfecha la obsesión de UPN de que se respetaran "la realidad política e institucional, los símbolos y la identidad navarra". En verano ambos gobiernos solicitaron al Ministerio de Industria la concesión del nuevo múltiplex necesario para que en Navarra podamos ver por TDT dos de los canales de ETB. El múltiplex parece que está en camino, tarda, pero por ahí anda. En lo que no parece que haya acuerdo es en la financiación. Nadie quiere poner el millón de euros que hace falta. Por estos lares muchos se escandalizan sólo de pensar en pagar parte de este gasto con fondos públicos navarrros y, ni por asomo, dudan de la conveniencia de repartirles a Canal 4, Canal 6 y Popular TV un millón por barba. (¿Para qué quiere el Gobierno de Navarra una televisión autonómica teniendo unos canalicos tan fieles?)

Pero en todo este asunto se está hablando muy poco de dar entrada en Navarra a ETB 3, el canal con contenido cultural e infantil en euskera. Técnicamente un múltiplex tiene capacidad para varios canales, ¿quién tiene interés en que éste precisamente no llegue a nuestra Comunidad? Cuando hace 23 años un grupo de padres y madres de la ikastola Paz de Ziganda, con la ayuda de don Inocencio Aierbe, el párroco, pusieron en San Miguel de Aralar el primer repetidor que nos permitió ver la televisión en euskera en Pamplona, eran muy conscientes de la importancia que tiene este medio para las nuevas generaciones. No lo olvidemos ahora.