Hoy en ocho tendrá que ir a declarar al juzgado Julieta Itoiz por la querella que ha interpuesto contra ella Yolanda Barcina por injurias. El rap La bofetada le ha sentado como tal a la todavía alcaldesa de Pamplona.
El vídeo y la canción, que tanto éxito tuvieron hace unos meses en Youtube, han vuelto a batir todos los récords forales con más de 37.000 visitas. La noticia está provocando docenas de comentarios en los medios y ya está en marcha una iniciativa que propone esta canción como tema de los Sanfermines.
La verdad es que choca oír tan claramente, sin pelos en la lengua, esas cosas que sólo se piensan o se dicen en petit comité. Sí que es chula esta Julieta, pero me temo que Yolanda no lo quiere ser menos y se ha propuesto castigarla.
Es sabido que los políticos tienen que oír muchas críticas que no les gustan, e incluso insultos, pero es lo que tiene estar en el poder. Lo habitual es que aguanten el chaparrón, como en el Riau-riau de tiempos atrás, y no remuevan más las cosas. Pero este no parece ser el estilo Barcina, como lo hemos visto en muchas ocasiones.
De todas formas, este arrebato es a todas luces desproporcionado: la aspirante a la presidencia de Navarra, motor ideológico del principal partido político y del sistema ecónomico de la comunidad, en contra de una rapera, una vecina de la ciudad que ella gobierna. Es un auténtico duelo de David contra Goliat. A primera vista puede parecer una pataleta como la del año pasado, que le llevó a inundar el solar en el que los vecinos de la Txantrea tenían previsto hacer los calderetes de las fiestas. Sin embargo, el hecho de que esto se produzca ahora, en vísperas de las elecciones, da mala espina. Está claro que calcula que la actitud de dureza, orden y disciplina le va a dar votos, si no no lo haría. Esto sí es realmente preocupante. Que esta imagen sea la elegida para atraer a la ciudadanía y que encima una buena parte de ella le vote, es para echarse a temblar. Esto sí que es una bofetada.