Todavía no sabemos qué alcalde desfilará en la procesión de San Fermín (o alcaldesa, aunque esta posibilidad es cada vez más remota). El misterio se desvelará el sábado. Lo que sí sabemos ya, con todo detalle, es qué nos ofrecerá el programa oficial de las fiestas: 520 actos, la mayor parte de ellos musicales, sin muchas novedades ni grandes sorpresas. Estos días previos al jolgorio, nos aturdirán con datos y más datos. Ya sabemos, por ejemplo, que se colocarán 19 aseos conectados a la red y 18 aseos químicos y que el presupuesto total será de 2,7 millones de euros, un 10% menos que el año anterior, de los que 1.080.000 euros se destinarán a festejos. Este año aumenta el patrocinio, afortunadamente y sólo, de momento, en los conciertos de las plazas del Castillo y de los Fueros. Desde el Departamento de Cultura dicen satisfechos que gracias a ello estas actuaciones resultarán un 46% más baratas que en años anteriores.
Qué bien, pero me temo que a más de uno se le habrá puesto en marcha la calculadora mental y estará haciendo cálculos de lo que se podrían ahorrar poniendo publicidad en el vallado del encierro, en la hornacina del Santo, en las camisetas de los pastores y de los divinos, y hasta en la capa de San Fermín, si la crisis apurase mucho.
Volviendo al programa, a mí lo que realmente más gracia me ha hecho es el anuncio de la actuación de Fórmula V, el mítico grupo de los 60 y los 70, en la plaza de la Cruz, el día 11, a las 20.30 horas.
¿Recuerdan? "Cuéntame cómo te ha ido, si has conocido la felicidad?". Y ese otro gran éxito de "Eva María se fue buscando el sol en la playa, con su maleta de piel y su bikini de rayas?" o la miles de veces cantada "En la fiesta de Blas, en la fiesta de Blas, todo el mundo salía con unas cuantas copas de más". Y esa otra que nos transporta directamente a las playas del Mediterráneo, tipo Salou o Benidorm o algo parecido: "Vacaciones de verano para mí, caminando por la arena junto a ti?"
Qué mayores nos estamos haciendo o qué buenas son esas canciones, o las dos cosas ¿por qué no?