A principios de este mes, el consejero de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales, Juan Luis Sánchez de Muniáin acudió a la Ribera con el objetivo de analizar y potenciar la promoción turística de la zona.
En esta visita celebró una reunión con los responsables de la Junta de Bardenas para impulsar la entrada de este paraje en el club de producto Reservas de la Biosfera de España. Según decía el gabinete de prensa del Gobierno en una nota informativa, este club es un proyecto piloto, promovido por Turespaña, en el que están involucradas diversas comunidades autónomas y que tiene como objetivo garantizar y avalar un uso turístico sostenible y ordenado de las reservas de la biosfera de España. Para obtener este aval, los interesados deben cumplir una serie de criterios de calidad en la atención a los visitantes, así como seguir una metodología común en la gestión sostenible de la reserva. Suena fantástico, pero no cuadra con el hecho de que en medio del idílico lugar haya un polígono de tiro. La zona de las Bardenas Reales fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en el año 2000 y coincide con el territorio del Parque Natural que cubre una superficie de 39.273 hectáreas y es justo en medio de dicho parque, pero excluido de éste, donde se encuentra el polígono. 2.244 hectáreas de terreno donde el Ejército del Aire y de vez en cuando bombarderos de la OTAN, realizan sus macabras maniobras. Así es desde hace 60 años y así lo seguirá siendo, en virtud del acuerdo para diez años, prorrogable a veinte, firmado entre la Junta de las Bardenas y el Ministerio de Defensa en 2008.
Termina la nota de prensa diciendo que el consejero Sánchez de Muniáin completó la jornada participando en la inauguración del hotel Rural Suite Resort en Cascante, que ha contado con una subvención del Gobierno de Navarra de 350.000 euros. Añade que este establecimiento se ha construido siguiendo criterios de sostenibilidad ambiental. Ambiental, no sé, pero sostenibilidad económica está claro que ya la ha conseguido.