LAB crece, ELA también aunque en menor medida y UGT y CCOO se desploman según los primeros datos de las elecciones sindicales en la Administración navarra. Creo que como profecía para el domingo estas cifras tienen más valor que los aspavientos de Esparza sobre el fin del mundo que comenzará exactamente a las cero horas y un minuto del 25 de mayo si gana el bloque del cambio. Y si esto ocurriese, el final no sería precisamente sereno, no. Navarra se desintegraría ipso facto, disuelta como un azucarillo en el café y en la nueva Euskal Herria todos los navarrísimos serían obligados a estudiar euskera (¡con todas esas palabras impronunciables!), sus bienes se verían esquilmados, sus empresas nacionalizadas, sus banderas ultrajadas, sus iglesias convertidas en gaztetxes, y se instauraría la recogida de basuras puerta a puerta más feroz de la Historia de la humanidad. Y todo eso nada más empezar. Una auténtica devacle a velocidad supersónica.

¿De verdad se creen que si gana el cambio, de repente la sociedad navarra se va a volver independentista-mega-radical? Para que en un referéndum saliese el sí a la anexión a Euskadi, o como se quiera llamar, tendrían que pasar muchos años. Es un futurible y como tal podrá llegar a cuajar o no según lo decida la gente cuando le toque opinar sobre ello.

Que alguien se lo diga a Esparza y a los suyos, por favor, para que no se agobien tanto, que les va a dar algo. Que les digan que ese tema no está entre los primeros puntos del orden del día, que antes hay que arreglar muuuuuchas cosas muy urgentes, como que todas las personas tengan un techo o que no haya ni una sola criatura que tenga que ir a la escuela sin desayunar.