Todos hemos oído hablar de los sobres de Bárcenas. Los sobres no se ven en la película B que llega mañana mismo a la cartelera de Golem Yamaguchi, pero sí carpetas y carpeticas de todos los colores con montones de papelajos y recibís cutres escritos a mano que constituyen la contabilidad oculta del PP mientras Bárcenas estuvo de tesorero del partido. Son los justificantes de los generosos ingresos que donantes, en teoría anónimos, hacían al partido esquivando, en muchas ocasiones, los límites de la ley. Digo en teoría anónimos, porque como bien dice Bárcenas “todo el que daba dinero quería que determinados altos cargos le viesen la cara”, como los dueños de Mercadona, por ejemplo.

La película recoge 80 minutos de la declaración de Bárcenas antes el juez Ruz en julio del 2013. Todo real. No hay ni una palabra inventada y el resultado es alucinante. Ver a Pedro Casablanc caracterizado de Bárcenas es como ver un trozo del telediario. Una película que se ve con la boca abierta, que tiene sus golpes de humor y que no deja indiferente a nadie. A mí me dio un poco de miedo comprobar la inmensa fuerza que tienen esas maquinarias imponentes que son los partidos y el sistema en general, del que son sólo unas pequeñas piezas. Es increíble ver cómo una persona que ha sido una figura importante en el bando del poder y del dinero pasa de pronto al lado oscuro, a la cara B, y es abandonado y castigado por sus antiguos compinches. Casi daría hasta un poco de pena si no diera tanto asco.

Una película valiente, distinta y que nos ayuda a entender un poco mejor este mundo en el que vivimos y que no es, precisamente, el que nos cuentan a través de los medios.

Enhorabuena a mi amigo David Ilundáin, director del proyecto, a todo el equipo, a los 597 micromecenas que han contribuido económicamente a sacar adelante la peli y a las salas que no han dudado en proyectarla. Espero que os guste y os horrorice.