“Encuentra el momento para disfrutar de las ofertas de viajes a Alepo, estupendas para descansar y desconectar en unas vacaciones en Alepo. Contamos con grandes ofertas para viajar a Alepo para todos los gustos y para todos los bolsillos, donde solo tendríamos que seleccionar las fechas en las que se quiere realizar el viaje y solo pensar en desconectar”. Esto es lo que acabo de leer en la web de una agencia de viajes. Yo comprendo que el corta-pega lo utilizamos todos, pero, por favor, que se lean el texto antes de lanzarlo al mundo mundial, porque esto es realmente escandaloso.

Alepo era la mayor ciudad y el motor económico de Siria hasta que comenzó la guerra civil hace ahora cinco años y medio. Ya ha dejado 300.000 muertos, 5 millones de personas en busca de refugio en el extranjero y 7 millones más vagando dentro del propio territorio.

Esta ciudad está dividida en dos zonas: la parte oriental, controlada por los rebeldes, donde 250.000 civiles sobreviven a los bombardeos y al cerco en la miseria más absoluta, y la occidental, con algo más de un millón de habitantes, bajo el control del Gobierno. Es la parte “bonita”, donde están los monumentos, la ciudadela y los hoteles, pero que también está sometida a la lluvia de morteros. Desde septiembre 406 personas han perdido la vida en la mitad oriental y otras 91 lo han hecho en la occidental, según el recuento hecho por la ONU.

Para hoy mismo hay anunciado un alto el fuego de ocho horas para que los civiles puedan huir de la ciudad todavía con vida y prácticamente nada más. En esta situación ¿cómo se pueden ofrecer viajes de ocio, y peor aún, quién puede estar pensando en ir allí de vacaciones a un hotel de lujo?