San Isidro se tapa las narices. Huele mal en la Ultzama y en la sede del sindicato UAGN. Los excrementos de presuntas irregularidades apestan. El Ayuntamiento de Ultzama impulsó la construcción de una planta de tratamiento de residuos animales para resolver la gestión de los purines de las explotaciones ganaderas, que generase energía y vapor. Tras una corta vida, inferior a cinco años, la planta industrial está abandonada y la sociedad mercantil en concurso de acreedores. La mayor parte de la financiación fue con dinero público (Gobierno de Navarra -ayudas, subvenciones, avales- y Ministerio de Economía -préstamo sin intereses no reintegrado). La Administración Foral (Industria, Desarrollo Rural, Sodena) aportó más de tres millones de euros. Comptos ve “posible sobrefinanciación pública del proyecto”. El informe de nuestro órgano fiscalizador aprecia vulneración del principio de legalidad por parte del Consistorio: las contrataciones de anteproyecto, proyecto y dirección de obra se realizaron después de haberse hecho los trabajos para dar cobertura a una actuación “irregular”. Tampoco se cumplió la legalidad en el contrato de concesión ni en las subcontrataciones realizadas. Comptos denuncia también pagos duplicados. La alcaldía estaba desempeñada por Patxi Pérez Arregui (2003-2012), que luego sería director general de Administración Local en Ejecutivo de UPN y ahora es miembro de la Ejecutiva regionalista. Las presuntas irregularidades en UAGN -sindicato en la órbita de UPN y PSN, que aportó consejeros a sus respectivos gobiernos- se refieren a supuestas falsificaciones de firmas en la asistencia a cursos de formación fallidos o ficticios. La reiteración de nombres aconsejó tirar del banco de datos de afiliados y falsificar sus firmas. Las personas denunciantes ante la Guardia Civil de esa práctica delictiva lo comunicaron al Gobierno de UPN hace años, sin consecuencias. Y eso que Esparza y sus cofrades van de purines.