“Inflexible consigo, serio y responsable. Es verdad que las obligaciones deben asumirse”. Lo escribió el diputado de UPN Carlos Salvador en su cuenta de Twitter. Reflejó la dimisión de un ministro británico por llegar dos minutos tarde a una sesión del Parlamento. Con vídeo incorporado. El conservador Lord Bates se disculpó por su “descortesía”. Se trata del secretario de Desarrollo Internacional del Reino Unido y debía haber contestado a pregunta de una diputada laborista sobre la brecha salarial. La primera ministra no aceptó la renuncia al considerarla “innecesaria”. El tuit de Salvador rezuma asombro. Por comparación. Su pupitre vecino suele estar vacío. De inmediato, el cursor recorrió la productiva cuenta de Salvador (la de Twitter, no la de su sicav) para buscar alguna referencia al absentismo parlamentario de su jefe de filas, Íñigo Alli. Nada. A pesar de que figura en el top 10 de faltas de asistencia, con el número 6 entre 350 diputados. Un campeón. En total, inasistencia completa a 9 plenos (18% de los celebrados en lo que va de legislatura) y 3 ausencias parciales, por llegar tarde o marcharse antes del final. Ni una alusión. Quizá fuera incómodo cuando le interpelasen dónde está Alli y, conturbado, balbuceara “allí” mientras señalaba un horizonte indeterminado. Lo que salva una tilde. Trato de buscar alguna explicación o disculpa del implicado tras conocerse la información periodística desde un medio nacional. Tecleo en un buscador su cuenta de Twitter y, ¡oh sorpresa!, leo que me ha bloqueado. Mensaje bajo una foto en la que, brioso a juzgar por el gesto de boca, brazo en alto y puño, canta con una rondalla vestido de pamplonica. Bloqueo preventivo porque nunca le he seguido. Placebo para su aparente alergia o fobia. Tampoco UPN ha mostrado malestar por el incumplimiento de las obligaciones reglamentarias. Alli aprovecha la estancia en Madrid: un máster del IESE y otro en pellas parlamentarias. Este, con nota.
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