sobre las elecciones del próximo mayo hay más encuestas que las que estos días han traído los papeles. Al parecer, algunas, incluso, no publicadas por el medio que las encargó, por ofrecer resultados adversos para su política editorial. Las conocidas difieren en los resultados finales, pero coinciden en las tendencias. A la derecha, UPN y PP pierden votos, que recogen Ciudadanos y Vox. En el cuatripartito, Podemos se hunde, mientras Geroa Bai y Bildu mejoran sus posiciones, sobre todo la primera. Aparte quedan PSN e Izquierda-Ezkerra, respecto a los cuales es más difícil encontrar coincidencias entre las encuestas dadas a conocer la semana pasada: unas les predicen aumento de sufragios y escaños, y otras exactamente lo contrario. Difieren también estos sondeos en los grupos que estarán presentes en la cámara foral. Todas coinciden en que Ciudadanos se estrenará en nuestro Parlamento, aunque de forma poco nutrida. No está tan claro que Vox vaya a hacer lo mismo, si bien algunos le auguran mejores resultados que a los de Rivera. Más difícil parece que lo tiene el PP, el más firme candidato a desaparecer del arco parlamentario navarro. Tampoco hay acuerdo en lo que se refiere a la suma de cada bloque, con pronósticos favorables a la reedición del cuatripartito, mientras que otros resultados harían más factible un gobierno en torno a UPN. Una u otra opción puede acabar dependiendo de que Podemos e Izquierda acaben presentando lista conjunta, o de que todas las fuerzas minoritarias de la derecha superen la barrera del 3%, algo necesario para obtener representación. La correlación de fuerzas entre los dos bloques es tan ajustada que cualquier movimiento, un escaño arriba o un escaño abajo, puede inclinar la balanza hacia un lado u otro. Cada voto va a ser importante. El bloque ganador va a ser el que acabe movilizando más a su gente. En efecto, hay partido, pero va a ser a cara de perro.