Si cogemos ahora los votos de las elecciones municipales de Pamplona en 2015 tras la puesta en escena de Navarra Suma nos sale que Navarra Suma obtendría el 38,93% lo de UPN más los más de 7,5% que sacaron PPN y Cs pero que al no pasar del 5% no se traduce en concejales y 12 concejales, 2 más que ahora. Mientras, Geroa Bai perdería 1 de sus 5 y Aranzadi 1 de sus 3 y Navarra Suma podría gobernar tranquilamente con la abstención del PSN. Hay otro factor clave: si nada lo impide, para las elecciones de mayo puede que haya 3 candidaturas de izquierda que comparten un espacio muy similar, 3 candidaturas que o 1 o 2 o las 3 pueden correr el grave riesgo de no llegar al 5% necesario y, por tanto, hacer que miles de votos se vayan al basurero. IE, Podemos y Aranzadi por separado pueden suponer el fin de las opciones para que en Pamplona siga existiendo un gobierno municipal en el que no estén UPN, el PPN y Cs. ¿Igual no? Igual no, pero los riesgos son muy altos. Las cuentas son muy claras: en 2015 Aranzadi sumó un 9,66% e IE un 5,8%. Es, por tanto, un 15% del voto. Ese espacio electoral punto más punto menos sigue existiendo y es muy lícito que cada partido crea que puede concurrir en solitario y que va a pasar del 5%, pero en un contexto histórico como este, en el que la derecha se ha unido, es una irresponsabilidad ir en solitario y dispersar el voto, con el riesgo para tus votantes y para los de al lado, tan similares a ti aunque con sus diferencias. Podemos y Aranzadi ya han mostrado claramente su disposición a confluir con IE-Batzarre, que es quien aún no ha abierto la boca. IE pasó por 800 votos del límite legal en 2015 y tiene todo el derecho a presentarse como quiera. Muchos consideramos que ir en solitario es devolver la alcaldía a UPN. Mientras, ir juntos, con nombres nuevos sin pasado político en primera línea, menos arriesgado y más práctico.