Se equivocó la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, al declarar en una entrevista que "la derecha vivía mejor con ETA". En la entrevista se entendía perfectamente que se refería a la derecha a nivel nacional, al hilo del revuelo de la sesión de investidura de Pedro Sánchez. Ahondaba en ello diciendo que en esas semanas se había hablado más de ETA que en los últimos 10 años, lo cual sí puede ser cierto en parte. Bueno, la equivocación a la que me refiero es doble. En primer lugar, porque hay muchos muertos, mutilados, coaccionados, extorsionados y expulsados por los angelitos salvapatrias y eran de la derecha, con lo cual jamás se puede usar esa expresión -"vivir mejor"- para manifestar una idea que apunte en esa dirección. Es una torpeza humana potente, sin duda. Y, en segundo término, es grave porque no hace sino torpedear la idea de fondo que sí es real y que no es otra que, siendo cierto que ha sido afectada, la derecha ha recogido electoralmente réditos de esta situación y quiere seguir sacando electoral y socialmente réditos de, en su tiempo, la existencia de ETA y, hoy en día, de que ETA existiese y de que parte de Bildu siga con su discurso moralmente muy cobarde y escaso acerca de aquella infamia. No se pueden pintar cuadros complejos a brochazos ni con rodillo, por mucho que se pueda comprender que le dé rabia cómo se utiliza, manosea y tergiversa todo. Pero para manifestar situaciones políticas que son reales y que se están dando, para hacer ver que se siguen exprimiendo hasta la náusea ciertas tragedias para obtener ventajas, hay que tener mucho cuidado en cómo se dice y para qué, porque para atizar un comportamiento político nocivo no hace falta soltar comentarios humanamente reprochables, aunque se haga por falta de pericia léxica. Vivimos todos mucho mejor ahora. Distinto es que algunos añoren el bloqueo político que suponía aquello.