El Gobierno de Navarra está preocupadísimo por el pequeño comercio, fruto de lo cual, una de sus principales empresas públicas, Nasuvinsa, resultado de la unión de Nasuinsa -creación de polígonos industriales- y Vinsa -vivienda pública-, ha vendido la parcela de la antigua Super Ser -en manos públicas tras las ayudas dadas hace ya muchos años a Super Ser, que ocupaba esos terrenos desde 1963- a un grupo que va a crear un macrocentro comercial en las afueras de Pamplona. Otro más. Al que habrá que acceder en coche. Muchos coches más. Estar volcado con el pequeño comercio y el medio ambiente es lo que tiene, que te vuelcas tanto que das vuelta de campana. Es tal la preocupación por el medio ambiente que el consejero del que depende Nasuvinsa, José Mari Aierdi, ya ha anunciado que no van a estudiar opciones a la Ripa de Erripagaña y que en esa ripa de claro valor paisajístico y medioambiental en la que un PSIS nefasto endilgó casas van a meter dos moles para 91 viviendas. Esto es: se van a cargar la ripa. Pregunto: ¿si Nasuvinsa tiene un solar enorme a las afueras de Pamplona, avenida de Zaragoza abajo, no puede, puesto que es su objeto social -muy a favor de su objeto social- montar viviendas -vpo, vpt, alquiler social- en ese solar o solamente le interesaba para hacer caja y ganar o recuperar pasta? A ver: comprendo que las empresas públicas pugnan consigo mismas para no perder dinero, pero hay valores públicos que están muy por encima. Y no son otros que cubrir las necesidades ciudadanas -viviendas- sin para ello dañar otra clase de bienes -medioambientales y paisajísticos en este caso-. Pues nada, no hay manera de que primen esos principios que deberían ser inexcusables, por mucho que luego se nos diga que esos ingresos sirven para hacer viviendas. Hazlas sin esos ingresos, que eso se llama invertir, no gastar. Y no te cargues comercios, salud pública y paisaje.