Tenemos a un partido en la oposición, a un partido que ha gobernado España 15 de los últimos 24 años, diciendo que si se aprueba la Ley de la Eutanasia es para ahorrar, porque de este modo y traduciéndolo al lenguaje de las personas que no usan el lenguaje para esquivar la realidad vamos a poder matar a las personas mayores que nos vaya apeteciendo o a las que no vemos útiles. Disculpen ustedes la frase: hay que ser muy cabrón para soltar eso por la boca, pero muy mal bicho. Dicho eso, también tenemos a una secta denominada Vox que menciona a un tal Dios para posicionarse en contra de esta Ley, como si este tal Dios fuese un ser real, algún exministro o vayamos a saber qué, pero de cualquier modo alguien con el suficiente bagaje como para que los seres humanos tengamos que andar pidiéndole permiso para bajarnos de la vida cuando nos plazca, con ayuda o sin ayuda de nuestros seres queridos. Lo he dicho miles de veces: total respeto a los creyentes, pero no me obliguen a vivir bajo sus creencias extrasensoriales y ni siquiera me obliguen a escuchar sus diatribas si sus diatribas tienen que ver con sus creencias religiosas, ahórrenme el gasto energético, conduzcan su vida por donde quieran pero sin cercenarme mi derecho, que yo no le obligaré a usted a no sufrir como una alimañana si su deseo es hacerlo porque así lo manda su Dios -siempre que surge este tema los religiosos comienzan a sacar casos de personas enfermas que dicen querer seguir viviendo, lo cual es genial, pero que no es la realidad de todos, que es de lo que se trata-. Estamos así, en el 2020, en se supone un país avanzado, que por supuesto el 99% de lo que ha avanzado en montones de materias tiene que ver con lo que se ha ido planteando desde la llamada izquierda. Poco a poco se van dando pasos hacia la normalidad y la humanidad, a pesar de los de siempre y de su ruido. Es para felicitarse.