No tenía ni la más mínima duda de que uno de los sujetos más organizados con esto de no poder salir a la calle iba a ser mi padre. Viudo de mi madre desde hace 5 años y medio, está a punto de cumplir 79 pero bastante mejor que cualquiera de 60 o que yo, que soy todo síntomas, en general. Ayer me contó que, como no puede hacer sus paseos por el monte iba casi todos los días o por la ciudad, ya ha encontrado el sistema. Abre la puerta del vestíbulo, otra puerta que da a su cuarto y se pone a dar pasos por el pasillo.

Cada 100 pasos, dibuja un palito en un cuaderno he salido a él, tengo decenas de cuadernos con anotaciones y datos de toda clase de mierdas inútiles. Mi hermano, lo mismo. Nuestra hermana es la del arcón nuclear, guarda ítems como para una glaciación. En tiempo normal, no quiero ni saber ahora, así hasta que agrupa palitos, cuenta y calcula que ya ha hecho unos 3 kilómetros. Luego me explicó esto: "Cuando iba con tu madre a la playa, como ya sabes que a ella eso de moverse nanay, me iba a andar.

Me metía montones de piedras en un bolsillo y cada 100 pasos me pasaba una al otro bolsillo. Y cuando acababa contaba. Y con el paso medido calculaba cuánto medía de punta a punta la playa de Hospitalet del Infant. Luego leí en unos de esos paneles informativos cuánto media y creo que no me pasé cinco metros". Mientras me lo contaba me lo estaba imaginando pasándose una piedra de un bolsillo a otro y no pude dejar de sentir una ternura indescriptible al mismo tiempo que un ataque de risa. Joder, habrá cientos de miles de nuestros mayores utilizando tácticas similares, muchos de ellos viviendo solos en sus casas, pasillo arriba pasillo abajo, mientras ronchan almendras o escuchan la radio. Me gustaría verles a todos y todas por una mirilla y poder acercarnos sin meter ruido a sus puertas y pasarles por debajo una nota: debajo del pasillo estará la playa.