hora el tema de moda es Peralta, en julio fue Mendillorri, dentro de unas semanas será otro sitio, da igual cual. El caso es tener un punto de fuga mental y físico sobre el que fijar la vista y en el que centrar algo la atención, mientras el problema, lógicamente, era en julio cuando surgió el tema Mendillorri y es ahora mucho mayor, mucho más amplio, extendido y global. Pero, como seres humanos, nos entretiene un rato esto de mirar al vecino y “fíjate tú qué pobres esos ahora en fase 2 y les han casi bloqueado las salidas del pueblo, saca otra caña”. Sí, seguro que las tasas de número de positivos sobre población que tiene estos últimos días Peralta son altísimas en comparación con otras localidades, pero es que casi todos los demás seguimos acumulando contagios día tras día. Ayer fueron otros 337. En dos meses y medio, desde el 1 de julio, se han sumado casi 11.000 positivos más en Navarra, cuando hasta el 30 de junio eran 5.400. Todos sabemos que la capacidad actual de hacer pruebas es enorme comparada con la que había hasta final de junio y que si la capacidad que hay ahora se hubiese tenido entonces los positivos detectados no hubiesen sido 5.400 sino quizá 20.000, pero eso no obvia que el virus está circulando ampliamente, por mucho que la mitad de lo detectado sean asintomáticos, una prueba, esta sí, de que con todos sus defectos el rastreo es bueno -la mejor prueba de que el rastreo es bueno es que Navarra es la comunidad qué más casos pilla con inicio de síntomas en los últimos 7 días, casi triplicando a la segunda comunidad-. Así que Peralta, bien, miremos, pero no hace falta irse nada lejos, eso mismo o casi está muy cerca o aquí mismo. Tenemos la incidencia más alta de España solo por detrás de Madrid y eso seguro que significa que detectamos muy bien pero también que nos contagiamos mucho. Y eso no es un asunto puntual.