stoy muy decepcionado por no decir que me siento engañado. Han pasado ya más de 24 horas desde el último episodio de terremotos en la zona del valle de Egüés y todavía no he leído a nadie diciendo que "qué le estamos haciendo a la madre naturaleza para que se queje así" o que "lo único que hace es defenderse". A mí explicaciones así me gustan porque sirven para todo y te tranquilizan: "¿quién es ese boxeador bielorruso que está en nuestra cama?" Nada, la madre naturaleza, que se queja. "¿Oye, y todo eso es suyo?". O que es culpa del 5G. O de Gates. No sé, algo sencillo de comprender, como lo de los poderes ocultos que dominan el mundo. Eso es tranquilizador, ofrece una explicación inexplicable e indemostrable -que es lo que le mola a la mayoría de la peña, porque con una frase despacha el tema: ¡si sabré yo!- y no tienes que andar pendiente de tratar de entender y aceptar que vives encima de un bicho vivo que se mueve y cruje y se calienta y se enfría. En cualquier caso yo tengo una teoría bien clara de por qué está pasando esto en aquella zona y en mi condición de físico honoris causa la comparto con ustedes: desde que se cargaron el frontón de Lizoáin la falla esa que tiene cerca no se sujeta bien. Nosotros íbamos mucho al frontón ese. Estaba pegado a la pared de la iglesia y del cementerio, rodeado de campos y con su pared izquierda y su prado a la derecha con varios troncos de árbol para sentarte y descansar. Un frontón al aire libre espectacular. Bien, pues se lo pulieron y desde entonces la cosa va de puto culo. Para mí que esa pared estaba bien clavada hacia abajo y hacía efecto cuña en la falla y al quitarla la falla está como que no se halla. ¿Me se entiende no? Eso por no decir que mi segunda opción es que son los muertos del cementerio los que se quejan porque les han quitado los partidos de pelota y se aburren como ostras. O algo así. ¡Si sabré yo!