l principio nos costó un poco, pero ya hemos cogido velocidad de crucero y la verdad es que, salvo un poco de somnolencia -y que al crío no sabemos aún si le sentará bien el speed-, estamos bien. Es que esto de ahorrar es como las pipas: te pones y no paras. Como mi mujer y yo somos del sector progre y eso, de los de casa con jardín -o ganas-, pues leemos El País, aunque sea en interné. Y en El País venía el otro día tal que un artículo titulado Si planchas de madrugada te ahorras 38 euros al año. Porque han puesto tarifas eléctricas nuevas y de 24.00 a 08.00 es lo más barato. Y uno, que no es tonto, pensó: ¡coño, eso solo planchando! ¿Y si hacemos todo lo demás por la noche? Total, que nos acostamos a las 8 de la tarde, nos levantamos a las 24.30, el chaval desayuna, yo o mi chica hacemos la comida mientras el otro plancha, comemos a las 03, luego siesta y si Luka quiere peli pues peli. A las 05 empezamos con lavadoras, lavavajillas, las duchas, secadoras, las pistas de audio de inglés, un poco de ordenador y hacer el hielo para luego sacarlo y mantener fresca la comida del día siguiente. Aspirador, un poco de jugar y a las 07 a cenar. Cenamos, fregar a mano y preparar la ropa para ir al colegio y a trabajar. A las 8 de la mañana empieza la tarifa normal y entonces suena una alarma nuclear que a su vez desconecta todas las luces. Pillamos unas linternas de night- runners en el Aldi y unas velas y con eso tiramos bien. A lo que sería la hora de comer ronchamos unos frutos secos, siestón, y a lo que sería la de cenar vaso leche y a la cama. En esta primera semana calculo que ya hemos ahorrado unos 10 o 12 euros. Esto visto así es poco, pero multiplicado por 52 el año que viene nos dará para comprarnos una sirena de barco de verdad que nos avisará de los tramos de luz más caros, de 10 a 14 y de 18 a 22. Es el capitalismo, amigos. O te adaptas o te aplasta.