l PSN ha estado chupando oposición desde 1991 hasta 2019 un total de 26 años, la totalidad del reinado de UPN salvo los dos intervalos del acuerdo con CDN y EA 1995-96 y el del bipartito UPN-PSN que duró un año entre 2011 y 2012. En total, ya digo, 26 años en los últimos 30. Y ha sobrevivido y ahora gobierna Navarra. Así que no veo por qué esto no puede suceder de la misma manera con Navarra Suma -o lo que quede de ella cuando Esparza vea que lo que antes ser muy bien ahora le lastra- y que la formación de derechas que no dejó a nadie apenas las migajas durante 25 años se resitúe política e ideológicamente. Digo porque, con sus vaivenes y diferencias que habrá que pelear por mejorar, la fórmula actual -que variará o debería con el paso de los resultados electorales- quién nos dice que no puede ser un sistema de gobierno que dure varias legislaturas. Hace poco se ha sabido que los ingresos de Hacienda vuelven e incluso mejoran los precedentes a la pandemia y esto en la derecha nunca viene bien, puesto que, a nivel electoral, todo lo que es malo para un gobierno es bueno para la oposición. Tampoco se les oye decir nada de que Navarra esté entre las tres comunidades más avanzadas en la vacunación o que la afiliación a la Seguridad Social siga subiendo. Problemas, retos, dificultades, hay muchas y muy importantes y los va a seguir habiendo en el futuro en forma de nuevo panorama industrial, automovilístico, ambiental, de pirámide de edad, de muchas clases, pero que recuerde el PSN que a UPN no le tembló el pulso en ignorar al 60% de los votantes durante 25 años, así que no caiga jamás en esa pena que vende UPN de que se ignora al 35% del electorado. Los resultados serán los que sean y las decisiones de cada grupo las que les convengan, pero no obviar nunca esa realidad, apoyada y jaleada por los poderes de siempre sin importarles nunca nada la inmensa minoría.