“Qué bellaca, mira esa muchacha cuando la vamos a desnudar. A ella le gusta que le den duro y se la coman. Y es que yo quiero la combi completa. ¡Qué! Chocha, culo, teta. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que tú tienes pa’mí? Yo quiero cuerpo. Es lo que tú tienes, mami. Dame lo que tienes allá atrás.” Daddy Yankee.

“Te abriré las puertas del alma de par en par dispuesta a hacer todo a tu voluntad, dispuesta a hacer todo lo que te dé la gana. ¡Que me importa! TODA, de arriba abajo. TODA entera y TUYA. TODA aunque mi vida corra peligro.” Malú.

“Estoy enamorado de cuatro babies. Siempre me dan lo que quiero. Chingan cuando yo les digo . Ninguna me pone pero. Dos son casadas. Hay una soltera. La otra medio psycho y si no la llamo se desespera.” Maluma.

“Como me miras, como me haces dudar. No es culpa mía si me porto mal. Si me sigues provocando no es culpa mía si me porto mal, baby”. Dasoul.

“Mueve tu cuerpo, cuerpo, cuerpo... Cómo le gusta que yo la agarre, que la someta, que la arrebate”. La Factoría.

Estas son algunas de las letras de las “ilustres” canciones que Educación propone diseccionar en las aulas para que las chicas y chicos se den cuenta de cómo campan a sus anchas por ahí los planteamientos machistas y sexistas, unas veces revestidos de romanticismo y otras veces a lo bestia. Y no Ana Beltrán, esto no son canciones de amor precisamente. Algunos han mordido el anzuelo y se escandalizan porque se han tragado esa tontería de que el Gobierno de Navarra quiere censurar canciones. Mal vamos si nos creemos cualquier bazofia que se vomita en las redes mientras se lleva a dos artistas a los tribunales por querer sacar a la luz las vergüenzas del franquismo más rancio. Toda mi solidaridad para Carolina y Clemente.