Enrique Maya, el alcalde antiguo, dice que está preocupado porque se hagan bien las cosas ahora que el Ayuntamiento ha decidido desmontar la pasarela del Labrit. De hecho, parece estar ahora más preocupado incluso que cuando la levantaron en 2010 con Yolanda Barcina como alcaldesa y él mismo como responsable de la Gerencia de Urbanismo. A pesar de los resultados de varios informes técnicos, dice que ahora UPN aboga por mantenerla y reforzarla con un pilar y añade que desmantelarla podría generar problemas con las aseguradoras. Yo no pongo en duda los conocimientos del señor Maya en este terreno como arquitecto experimentado y técnico municipal desde hace más de 30 años, pero no me tranquiliza mucho eso de apuntalar ese mamotreto que se deshace por momentos por no entrar en líos con las aseguradoras. De hecho me lleva a pensar cómo estarán hechas las cosas como para que tengamos que tener miedo a la reacción de la empresa adjudicataria y de las aseguradoras, cuando lo que habría que hacer es tirarlos al río por haber hecho semejante chapuza. No me parece normal que una obra de estas características se tenga que cerrar a los seis años de haber sido construida. Las comparaciones son odiosas, pero el puente de San Pedro tiene más de 2.000 años y ahí está.

El caso es que parece que UPN anda escasillo de argumentos ante las elecciones que se avecinan. Lo de Pío XII se desinfla, la amabilidad parece que ya da juego, el gaztetxe en silencio? Nos queda el clásico de la imposición del euskera, la pasarela y la denuncia del aumento descontrolado de ratas en Pamplona, ¡ojo!, que no me lo invento, que lo han puesto en el folleto de balance de la legislatura que están repartiendo estos días.