Yo, la verdad, no entiendo muy bien qué propone el antiguo alcalde en torno al tema de la movilidad en Pamplona. Se ha pasado la legislatura despotricando contra el Plan de Amabilización que potencia la peatonalización del centro y parte vieja de la ciudad diciendo que ni vecinos, ni visitantes, ni comerciantes están contentos con las restricciones puestas a los coches y ahora dice que “las pseudopeatonalizaciones del cuatripartito no aguantan la comparación con intervenciones como las de Carlos III, avenida de Roncesvalles, Martín Azpilcueta o las sucesivas renovaciones del Casco Antiguo llevadas a cabo bajo alcaldías de UPN”. También añade con su habitual tono despectivo que apostar por el centro de la ciudad es “peatonalizar de verdad y no con remiendos y pivotes ”. Remiendos y pivotes en lugar de hormigón armado porque la transformación se concibió, recordemos, como una medida provisional y prudente para ver si funcionaba bien antes de hacerla definitiva. Siguiendo con este frenesí peatonalizador, Maya va aún más lejos y propone que uno de los lados del paseo Sarasate sea sólo para viandantes. Y ¿cómo va a conseguir peatonalizar tanta calle y al mismo tiempo facilitar su tan ansiado acceso en coche hasta la puerta de comercios y viviendas?

En la zona de Pío XII, sin embargo, lo que propone es revertir las obras recién terminadas y además crear nuevas plazas de aparcamiento para que se pueda dejar el coche lo más cerca posible de los comercios.

Seamos coherentes: la contaminación que producen los vehículos en las ciudades mata a muchas personas y al planeta entero poco a poco. Hay que echar el freno ya.