29 millones de visitas en YouTube, ahí es nada, y entradas agotadas en todos los espectáculos que organizan, como los de los macroescenarios del Navarra Arena, BEC, Anoeta y pabellón Buesa entre otros; miles de vídeos y discos vendidos y, desde principios de septiembre, dos espacios diarios de televisión en ETB 3 y su plataforma digital. Impresionante lo que está consiguiendo el grupo navarro Ene Kantak, que desde hace ocho años se dedica a crear nuevas canciones infantiles en euskera. Me imagino que el secreto del éxito está en los ingredientes de este guiso: música de calidad, coreografías sencillas y divertidas para que los niños y las niñas las bailen como lo que son y no como miniclones de adultos, personajes interesantes, historias entretenidas, mensajes potentes a favor de la ecología, la empatía, la convivencia y sobre todo el euskera y mucha complicidad.

Un trabajo del que durante estos años se han beneficiado económicamente diversos colectivos que trabajan a favor del euskera, como las familias de la zona Navarra “no vascofona”, que querían estudiar en esta lengua, la emisora Euskalerria Irratia o la Asociación de Bertsolaris, entre otros.

Cuando en 2011 Urko Oskoz y Nerea Urbizu, dos profesores jóvenes y marchosos, crearon el proyecto ni de lejos se imaginarían que pocos años después iban a tener este volumen de trabajo y que montarían una empresa en Villava con más de 20 profesionales de aquí para atender a todas las demandas. Increíble.

Hay, sin embargo, una sombra en todo esto: hay miles de niños y niñas navarros que no pueden ver el programa de televisión de Ene Kantak, porque siguen sin poder captar ETB 3 en sus casas. En Logroño sí ven ETB 3, ¿por qué en nuestros pueblos no?