A Enrique Maya no le gustan Pirritx, Porrotx y Marimotots y por eso rompe un contrato que ya estaba firmado. Me imagino que a Asiron no le gustarían demasiado los espectáculos de Maese Villarejo en los que Gorgorito aporrea a la bruja hasta dejarla destrozada, jaleado por un público enfervorecido. No parece muy educativo, precisamente, que el protagonista de la obra siempre acabe solucionando todo a golpes, ¿no? Y sin entrar en valoraciones de género, porque eso de que la mala sea siempre ella, el héroe fuerte y valeroso él, la segundona de turno la amiga de Gorgorito y toooooda la publicidad que hace la compañía hable sólo de los niños que van a ver los espectáculos con sus padres, pues deja bastante que desear. Pero bueno. Ahí han estado en San Fermín, como todos los años. Nadie los ha censurado.

En todo este asunto del veto lo mejor ha sido la respuesta de los payasos: han propuesto regalarle unas gafas al alcalde para que vea la cantidad de colores que hay en esta ciudad y que las niñas y niños le envíen sus dibujos. Llevo años siguiendo a estos payasos y sigo alucinando tanto por la calidad de los espectáculos como por su alegría y por todos los valores que transmiten de solidaridad, ecologismo y defensa del euskera y la cultura en general.

Y todo eso llena teatros y polideportivos. Como se ha llenado estos días en varias ocasiones el Gayarre con estupendas obras de teatro en euskera, como se llenará el viernes y el sábado el Arena en la despedida al grupo Berri Txarrak, que ha llevado el euskera por todo el mundo a lo largo de 25 años y como se llenará el Zentral el sábado por la mañana en la presentación de Euskaraldia? Lo siento por ti, Enrique Maya.